A POR EL VESTIDO. Javier Gracia Andrés 4ºC

Corriendo por la playa de la Malvarrosa vi una botella de cristal bajo la arena.

Desde que tengo catorce años voy todas las tardes a correr, pese a las protestas de mi madre, correr es lo que más me gusta.

Aquella botella me llamó la atención especialmente ¡Tenía un papel en su interior! La cogí y  me fui rápido a mi pequeña casa de la Avenida del Puerto.

Abrí la botella y leí el papel que había en su interior.

“Recoge mi vestido por favor, es muy importante. Sigue las instrucciones del mapa.”

El mapa me llevó por la calle de Peris y Valero, por el mercado de Ruzafa y di varias vueltas por el centro de la ciudad donde merendé un bocata.

Seguí corriendo por el antiguo cauce del río Turia, la Cuidad de las Ciencias y las Artes  y el estadio del Ágora en construcción.

Al final llegué cerca de  mi casa y me paré en una tintorería ya que así lo indicaba el mapa.

El dependiente me atendió con alegría y me dio un bonito traje azul que yo no sabía cómo pagar. El dependiente,  para mi sorpresa,  dijo:

-Toma, es para tu madre, ¡seguro que está muy guapa con él!

Entonces pensé que mi madre había puesto la botella en la orilla de la playa para tener la tarde libre…

Indignado esperé en casa a que llegara. Cuando entró quería decirle lo retorcida que había sido, pero ella se adelantó. Me dijo:

-¿No te gusta correr? Pues has corrido y he podido ver a mis amigas que hace mucho que no lo hacía, ¡muchas gracias!

Avergonzado me fui a la ducha, nunca había estado tan cansado, casi había recorrido toda Valencia. Y sí, ¡mi madre estaba guapísima con el vestido!

Javier Gracia Andrés

4ºC

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