¿Aprenderemos alguna vez?

Deuda soberana, intereses de la deuda, sobornos políticos, banqueros, pérdida de soberanía, impuestos a la población empobrecida, huelgas, represión de las revueltas populares. ¿A alguien le suenan estos temas en estos tiempos de crisis que vivimos?
Naturalmente debemos estar hablando de los problemas actuales, de la posible quiebra de ciertos países europeos, del interés de los bancos acreedores para que eso no ocurra, de la pérdida de soberanía de los países endeudados, empobrecimiento de la población etc.
Pues no, de lo que se trata es de la situación de Egipto pero no actualmente sino en la época de Cleopatra, allá por los años sesenta antes de Cristo.
El artículo se ha publicado en la revista de historia de National Gographic.
“Ptolomeo XII, padre de Cleopatra VII, recurrió al soberano para obtener el apoyo de Roma durante su reinado, y contrajo enormes deudas para financiar esta política. Esta práctica tenía el efecto añadido de retrasar la temida anexión de Egipto, pues los banqueros romanos tenían especial interés en que no desapareciera una dinastía que tanto dinero les debía.
Bajo el reinado de Cleopatra, una parte de esa deuda había pasado a manos de Julio César, y la llegada de éste a Egipto obedecía en parte a su deseo de cobrarla, pues necesitaba dinero para la guerra que llevaba contra los partidarios de Pompeyo. Sin embargo, para satisfacer las deudas y sus intereses, Ptolomeo XII tenía que aumentar los impuestos a su pueblo, ya exhausto tras varios años de malas cosechas, lo que en varias ocasiones provocó el descontento general entre la población campesina, huelgas e incluso revueltas, que fueron sofocadas a duras penas”.
Sólo se me ocurre un comentario:
¡Qué poco han mejorado las cosas en dos mil años!

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