Como bien sabéis, el instituto dedicó dos días al tema de la sexualidad. Tal vez yo esté equivocada y no me hayan quedado claro los fines de por qué se realizó esto. Pienso que cuando propusieron dedicar dos días íntegros a este tema es porque es un tema un poco delicado ya que aún no se asume con la naturalidad que se debería asumir.
A parte de otras actividades durante esos días, tuvimos la idea de colgar diversos chistes por todo el instituto, con un vocabulario que usamos todo el mundo en nuestro día a día (quien diga que no, miente). Al día siguiente, nos vimos la gran parte de estos chistes arrancados y es que, según nos dijeron, había gente, padres, etc., que se podían sentir ofendidos por lo que estaba escrito (aparecían palabras como follar, etc).
Ahora bien, si estamos dispuestos a dedicar dos días a este tema tan diverso y grande cómo es el de la sexualidad tenemos que estar dispuestos y preparados para todo lo que pueda venir, quien se sienta ofendido es porque aún tiene un grave problema interiormente que debería solucionar.
Si el problema está en que tal vez nos vean a nosotros, los jóvenes, poco preparados para afrontar la realidad les aseguro que no es así. No podemos ir maquillando las cosas, las personas con el paso del tiempo vamos creciendo, madurando y aprendiendo. Puedo entender que, tal vez, vean el vocabulario un poco excesivo ya que estamos dentro de un centro educativo, pero por eso mismo, es un centro para educar y enseñar y la educación no solo se basa en aprender que dos más dos son cuatro sino, también, saber que nos depara la vida al salir fuera del instituto. ¿Qué se creen que vuestros hijos no han pronunciado la palabra follar en su vida? ¿Se creen que no saben lo que es cuando están deseando que llegue el momento de aprenderlo? Hay que saber estar a la altura de cualquier tipo de acontecimientos y que antes de querer impartir unas clases de sexualidad que quede claro que la vida es SEXO, ahora y siempre, que no hay vida sin sexo, que como bien hemos aprendido, la sexualidad es una cosa constitutiva dentro de cada ser humano, de cada animal, que no podemos vivir sin sexo, pero, visto lo visto, no todas las personas saben tratarlo con la naturalidad que se debe de tratar. Todo el mundo lo practica y nadie lo dice, ¿por qué? ¿Qué hay de malo? Es un poco indignante que estando en el siglo que nos encontramos actualmente hayan personas que por leer palabras relacionadas con el sexo de una manera natural y no disfrazada (como coito, mantener relaciones…) se lleven las manos a la cabeza. Aunque a lo mejor este artículo quede un poco vulgar con lo que voy a decir a continuación yo soy de las personas que dicen “LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE ESPESO” y a fin de cuentas todo se resume a que ¡¡¡¡¡¡HAY QUE HACER EL AMOR Y NO LA GUERRA!!!!!!
Y ya que los chistes no los quisieron dejar en el instituto pues dejaré escritos un par de ellos aquí.
– Mamá, mamá, creo que debo ir al ginecosiquiatra.
– ¿Al ginecosiquiatra?
– Sí, mamá, porque cada vez que me follan me vuelvo loca!
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– Hola muy buenas, soy paraguayo y venía a pedirle la mano de su hija para follármela.
– – ¿Cómo, cómo? ¿Para qué?
– Paraguayo
Carmen Pisa. 1º Bachiller Humanístico
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