Mi Primavera. Adriana Delgado

Hubo un tiempo, años atrás, en que amé la primavera. No tenía razones para quererla pero esperaba su llegada con la ilusión de un niño como el que era. Después empecé a amar una primavera diferente, los colores del cielo y los olores que impregnaban el aire me dejaron de impresionar. Más tarde, llegaron a casa dos pequeñas vidas que me quitaron el tiempo de estimar el resto del universo y olvidé el significado de la juventud. Pasaron los años, el pelo empezó a caer y la piel dibujaba ondas, entonces la casa se fue quedando vacía y aprendí de la palabra soledad. Únicamente me quedaron los quetzales guardados en el colchón y el resoplido de aquellas cosas que nunca hice. Fue en ese momento cuando la primavera me amó y volvió la esperanza de olfatear el aroma de aquellos pétalos colorados que transportaba el viento mañanero. Volví a sentir mi juventud.

Adriana Delgado

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